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Opción 2

Estefanía va muy de prisa porque se ha levantado tarde, ni bañarse ha podido. Hace todo muy rápido y sale de su apartamento sin su previa rutina.

Son las 7:30 am y Estefanía se levanta rápidamente de su cama, le ha cogido la tarde para ir a trabajar. Como es de costumbre, antes de meterse a la ducha, pone a hacer un café. Minutos después sale del baño y se da cuenta que la máquina para hacer café se ha averiado, sin darle demasiada importancia se apresura a vestirse y salir lo más pronto de su apartamento. Cuando sale, un frío golpea su rostro, se cuenta que el día está nublado, y de repente sale también Camilo, su vecino, con sus dos hijas, va un poco apresurado.

 

- ¡Hola Estefanía!... ¿Tarde? –

 

Pregunta Camilo, pero ella no le responde, se sonroja y no es capaz de mirarlo fijamente a los ojos, es primera vez que lo tiene tan cerca, después de que llevaba varios meses observándolo desde su ventana. Camilo decide darle poca importancia a la reacción de Estefanía y se despide, saliendo con sus dos hijas rápidamente del edificio. Detrás sale ella, tratando de que no ser vista por Camilo.

 

En medio de la pesadez de la mañana fría, Estefanía se apresura para llegar a su trabajo, sabiendo ya de entrada que tendrá problemas con su jefe por la tardanza. Efectivamente, Estefanía no solo tuvo problemas con su jefe por aquel percance, sino que también perdió su trabajo, aquel por el que había luchado tanto por obtener.

 

Deprimida, camina por las calles grises, y un frío abrazador sucumbe su alma destrozada, siente como si hubiera perdido su rumbo, no sabe exactamente qué será de su vida. Ahoga en lágrimas sus penas durante todo el trayecto hasta su apartamento, que por el estado del día adquiere un tono lúgubre y silente.

 

Tras cruzar las puertas del apartamento, siente algo muy fuerte en su pecho, como si alguien estuviera oprimiendo fuertemente contra él, se le dificulta respirar. Aceleradamente entra y cierra la puerta exaltada, se sienta en un sillón de su sala aun con la presión en el pecho. Poco a poco la presión va disminuyendo y Estefanía absorta en sus pensamientos se va desmoronando en un profundo sueño.

 

Cuando abre los ojos se percata que ha pasado bastante tiempo, son las 5:00 pm, se para frente a la ventana y observa el atardecer de tonos azules claros y oscuros, además leves rayos del sol que se ocultan tras algunas nubes grises. Estefanía va en busca de su cámara análoga, y toma algunas fotografías del melancólico atardecer, luego se dirige a la cocina y se prepara un café, el cual acompaña con un cigarrillo. Con la taza de café en manos entra a su habitación y observa detalladamente las fotografías de Camilo que ella misma ha puesto sobre las paredes, su mirada está llena de deseo, un deseo por hacer algo que ha tratado de planear de forma estratégica durante un buen tiempo, adentrarse en el apartamento de su vecino Camilo.

Dándose cuenta inmediatamente, que no hay nadie en su hogar, por lo tanto, cree tener la oportunidad perfecta para entrar por el balcón y cumplir esa fantasía que últimamente atormenta sus pensamientos, conocer de cerca cómo es el lugar donde habita el hombre por el cual muere de amor.

 

Sigilosamente, Estefanía con la cámara colgada a su cuello, entra al apartamento de Camilo por el balcón de una de las hijas. Explora todo el lugar, comenzando por la sala, los retratos donde está la familia de Camilo, algunos cuadros con pinturas surrealistas colgados en la pared de la sala… encontrando objetos de interés, los cuales fotografía. Luego percibe que la puerta de la habitación principal está abierta, y se dirige inmediatamente, es el cuarto de Camilo y su esposa.

 

Estefanía un poco nerviosa y a la vez con ansias por saber más de camilo, comienza a buscar objetos de él en su armario, al no encontrar nada, pasa a los pequeños cajones, que sirven como mesas de noche, y encuentra un calibre 38 en uno de los cajones, le da mucha curiosidad y la oculta dentro de sus pantalones.

 

Repentinamente, Estefanía comienza a escuchar como si trataran de abrir la puerta, se asoma precavidamente para cerciorarse de quién se trata, cuando observa que ha llegado Camilo con su esposa y sus dos hijas. Estefanía, asustada, se esconde en el armario del cuarto de la hija mayor, quien tan solo tiene 13 años. Pasa una hora y Estefanía continua en el armario, se empieza a incomodar, hasta el punto de hacer un ruido que alerta a la niña, quien va a mirar qué es lo que hay en el armario. Cada vez que la niña se va acercando, Estefanía se pone más nerviosa al ver que será descubierta, de manera que mete las manos en sus pantalones y saca el arma. Abruptamente, la niña abre las puertas del armario y se toma con la sorpresa de Estefanía, la niña no alcanza a gritar, cuando Estefanía le atraviesa el cráneo con una bala disparada desde el arma robada de Camilo. El sonido alerta a las personas de la casa, mientras la niña cae al suelo derramando sangre en abundancia y muriendo al instante.

 

Estefanía sale del armario lo más rápido posible, pero justo cuando va a salir del cuarto, se topa con la hija menor de tan solo 7 años. La niña la mira aterrada, sin saber qué hacer, mientras que Estefanía, exaltada, le apunta con el arma, haciéndole seña a la niña con los ojos para que esta no grite, pero la pequeña se suelta en llanto, haciendo que Estefanía se descontrole y descargue tres tiros contra el pecho de la menor, en ese momento Camilo y su esposa salen despavoridos de su habitación y al ver tal escena se lanzan a Estefanía, pero está inmediatamente le apunta con la misma arma con la que acaba de asesinar a sus dos pequeñas. La esposa de Camilo grita descontroladamente tras ver el cuerpo de su hija desangrándose y agonizando en el suelo, sin poder hacer nada, dada la amenaza de Estefanía. Camilo se pregunta por qué Estefanía ha cometido tan desquiciado y macabro acto contra su familia, es ahí, cuando en medio del ajetreo, Estefanía confiesa todo su amor hacia Camilo, desde que lo vio se obsesionó locamente por él, pero que no era ella la que lo ocasionaba, algo no humano la controlaba y la convertía en un monstruo, la esposa de Camilo continúa gritando y la voz de Estefanía cambia a una grave y demoniaca, que le dice a la mujer

- ¡CALLATE! –

Y al mismo tiempo propiciándole varios disparos hasta causar su muerte, la mujer cae fuertemente y se golpea la cabeza. Camilo está aterrado ante tal presencia, parece que ya no es Estefanía la que está presente, es una entidad que no pertenece al mundo de los vivos, sus ojos se han puesto totalmente negros y su piel escamosa.

-   Ahora nadie puede impedir que seas mío-

Dice el demonio que controla el cuerpo de Estefanía, apuntándole al mismo tiempo con el arma. Pero Camilo corre rápidamente y atraviesa el gran ventanal que da a la calle, mientras cae del octavo piso donde se encontraba, Estefanía grita desesperadamente y al igual que él, se lanza al vacío. Primero se escucha el golpe seco del cuerpo de Camilo azotándose contra el pavimento, mientras que el cuerpo de Estefanía cae sobre el portón de un carro.  Ambos cuerpos quedan tendidos, y la gente, se va acumulando para ver la lastimosa tragedia de una obsesión que perdurará.

La policía recoge los cadáveres de las niñas, entre tanto, la cámara de Estefanía yace en el apartamento, de repente esta se enciende y aleatoriamente pasan los retratos de una mujer desconocida ardiendo en llamas, encadenada. Un alma que busca a través del lente, alguien débil emocionalmente para controlar y perdurar una macabra obsesión.  

FIN

De seguro, estás aterrado con el desenlace de esta joven, que en principio parecía la persona más tranquila del mundo, pero es evidente que todos tenemos nuestros demonios, solo que aun no ha salido a flote.

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